jueves, 17 de julio de 2014

Santa Orosia - Bergua

Un año más comienzan los preparativos, es día 24 y esta vez el tiempo no acompaña. Todo hace presagiar que mañana en el Puerto de Santa Orosia el agua seguirá cayendo sin cesar pero aún así y después de lo que nos ha costado poder estar aquí este día, estamos decididos a acudir.

Comenzamos a organizarnos, unos en coche y otros andando, convencidos de llegar al puerto haga el tiempo que haga. Este año nuestros guías no van a poder acudir así que habrá que buscar otros caminos.
Los más madrugadores salen de Bergua a punto mañana, a continuación salimos los que iremos andando. El tiempo no está muy seguro y este año no iremos por los viejos caminos por los que nos llevaron el año pasado,  ya que solo los que los patearon durante años son capaces de irlos encontrando sin perderse.
Se echa de menos las explicaciones de todos los montes por los que pasamos, las anécdotas que estos caminos vivieron, pero después de 4 horas y mojados como chuzos por las ramas divisamos Santa Orosia.
Es curioso que este día siga atrayendo a  gente tan diversa desde distintos puntos geográficos. Para entender este día hay que verlo desde una perspectiva social, cultural y antropológica junto con el contenido religioso que tiene para muchas personas.
La romería de Santa Orosia se sitúa en pleno solsticio de verano, en un momento clave del ciclo de la vida en la montaña. La religiosidad popular de la antigua sociedad rural tendía a mecanizar  los cultos a diversos santos acoplándolos a los estadios sucesivos de la vida humana, del ciclo agrario o pastoril.
En la sociedad tradicional pirenaica el tránsito de la muerte invernal a la vida primaveral o viceversa era un momento crítico que debía ser encauzado. De aquí el nacimiento de rituales como el carnaval o en este caso el festejo de lo ya conseguido con la llegada del solsticio de verano.
La Romería a Santa Orosia se ha visto trastocada respecto al siglo pasado, su esencia cambió a la par que desaparecía la sociedad rural que antaño la sustentaba.
Hasta la llegada del modelo industrial que desmoronó la sociedad rural que habitaba en estas montañas, la romería además de motivaciones religiosas cumplía unas funciones importantísimas. En el ámbito económico se ajustaba el precio de la lana, se examinaban las caballerías ajenas y se iniciaba algún trato, se practicaba el primer tanteo para buscar sirvientes o pastores para el invierno, se apalabraban matrimonios o servía a los jóvenes para iniciar noviazgos.

Actualmente se dan cita en la ermita antiguos romeros o sus descendientes, atraídos por el lado sentimental o nostálgico de lo que vivieron o les transmitieron, junto con una población más urbana atraída por lo folclórico y dispuesta a pasar un buen día en un entorno natural privilegiado.

Después de una mañana más centrada en lo religioso llega la comida y tras ella el turno de los brindis y la pastorada. Para mí sin duda es un momento especial y único que afortunadamente todavía podemos disfrutar en nuestras montañas. 


El dance de Yebra acompañado por el chicoten y el chiflo y la pastorada son dos valores añadidos a este día. Escuchar charrar en nuestra lengua  y la pervivencia de un instrumento como el salterio  ante la imposición de otros instrumentos y melodías lo hacen único.
Finalmente el tiempo nos ha acompañado, ya solo queda volver a recorrer los caminos del Sobrepuerto para regresar a Bergua.  

Solo dar las gracias a todos por este gran día!!!!!

No hay comentarios:

Publicar un comentario